
Todos «hemos sido programados» para hacer algo en esta vida.
Sin excepción.
A pesar que hay vidas que se truncan de forma inesperada, también éstas tenían su sentido, su motivo para existir.
Pero pocos tienen la oportunidad de disfrutar por que han entendido o han encontrado el fin último para el que han estado programados.
Y nos pasamos la vida buscando ese sentido, tratando de encontrar, tratando de entender.
A veces pensamos que lo hemos hallado. Y lo llamamos felicidad.
Pero cuidado! Hay dos grandes etapas que quemar: encontrar y conseguir.
Etapa 1: Encontrar
De forma innata tenemos ciertas capacidades, ciertas virtudes, con mayor o menor potencia. Eso nos debería dar una primera pista. Y de pequeños, de jóvenes, cuando con mayor fuerza aprendemos, es cuando más claro deberíamos poder ver para qué hemos sido programados. El aprendizaje que recibimos debería servir para perfeccionar nuestras técnicas, capacidades, habilidades y estrategias en aquello para lo que hemos sido programados.
Etapa 2: Conseguir
Sólo si ya sabemos nuestro motivo para existir es cuando podemos tratar de conseguirlo. No sería lógico hacerlo de otra manera. Aunque hay muchísimas personas que así viven. Y así les va: acaban fracasando. En todo. Lamentablemente, el mero hecho de conocerlo no es garantía para que lo consigamos. Para nada. Hay que lucharlo.
¿Estáis de acuerdo con esta teoría? ¿Sí? Me alegro.
¿No?
¿Entonces?
¿Nuestra vida discurre sin un objetivo marcado, sin un sentido pleno?
¿Las circunstancias, el entorno, las personas que nos rodean y el azar son los que acaban por marcar hacia donde nos tenemos que dirigir? Y Además, los objetivos, el sentido, puede variar con el tiempo, incluso hacia extremos opuestos, llevándonos por caminos que ni hubiéramos podido imaginar tiempo atrás.
Y en un momento dado, nos sentimos confortables y realizados con lo que hemos hecho, conseguido en nuestra vida. Y lo llamamos felicidad.
Y cuando no es así, nos revelamos y tratamos de buscar un modo de «programarnos para…» que nos permita … ¿Ser felices?
Tampoco estoy completamente seguro con esta visión…
Pero…
A pesar que las dos teorías son opuestas, y que existen enormes escalas de grises entre ellas, tienen algo existencial en común: buscar aquello que da sentido a nuestra vida. Lo que sea.
Persigue hasta la saciedad aquello que de sentido a tu vida, estés o no programado para ello.
Mientras lo persigas, si lo haces bien, serás feliz.
Suerte en ello.