
Ley de vida.
Donde antes había una fábrica, esfuerzo, sueños, sudor, lágrimas, premios, éxitos, fracasos…
Después dio paso a un refugio para indigentes… Un lugar donde resguardarse del frío en invierno o de la lluvia, o de la noche sin techo… Pero alguien (yo) decidió que eso no era digno para estar cerca de mi casa. Y me hicieron caso! Y echaron la abandonada fábrica al suelo…
Y durante más de 10 años el solar de la antigua fábrica ha visto el tiempo pasar, a mi pasar, algún pequeño incendio de matojos, y otro inquilino que encontró allí su nueva oficina pasar.
Pero ya se fue. El inquilino. Esta vez no fuí yo. Me caía bien. Y de alguna manera lo protegí.
Hasta ahora que… Empiezan la obras.
El ruido, los escombros, las grúas, las calles cortadas, el agua cortada, polvo, suciedad….
Las obras requieren transformación y la transformación no es fácil. A menudo tampoco limpia.
Empecemos pues con las obras.
Lamentamos las molestias que ello pudiera ocasionar.