
El efecto cambio de año es balsámico: Todo lo que ha sucedido, has hecho o dejado de hacer, no importa demasiado y pasa a un segundo plano dejando lugar a los deseos de lo que quieres que suceda, quieres hacer o dejar de hacer.
Y todos sabemos que es una ilusión, fortalecida, seguramente, con los recuerdos de la llegada de los Reyes Magos, los afortunados occidentales que todavía celebramos esta tradición (que ni el consumismo americano ni los oportunistas chinos todavía nos han logrado robar).
A mi la ilusión ya me ha pasado; como integrante de la “looser’s table”, el efecto perdedor ha hecho que la ilusión se desvanezca casi al mismo tiempo que ha aparecido una frase en mi mente que no para de repetírseme << no serás capaz de canviar nada de lo que durante años y años llevabas haciendo >>
Así que he pensado comenzar el año como un verdadero “looser” asumiendo lo que soy y no podré dejar de ser.
¿Y qué hace los “loosers” en esta situación? Está claro: piden perdón, perdón incluso por lo que no han hecho, pero que cuando lo hagan, lo ejecutarán mal. Y por lo tanto, pidiendo perdón buscan el apoyo, la comprensión, la mirada de complicidad y confianza, un pedazo de pan aunque no haya tomate o jamón…
Vayamos a ello: perdón al mundo, a todos los que voy a hacer referencia, a aquellos que me han querido ayudar y yo no he entendido, a la manada, a los del trabajo, a un imperio, o a varios, a grandes marcas, a los políticos (unos mucho más que a otros), a mi familia, a la vida y en general, a cada segundo que, aun entregando mi mente al teclado, no soy capaz de dejar de ser ese pedazo de looser que ha perdido la fe por construir. En fin, perdonadme por que no creo que sea capaz de canviar y dejar de hacer, pensar o decir de la manera que lo he hecho durante tanto tiempo en “la loosers table” …
Empezamos con fuerzas si, con fuerzas para reconocer una realidad y algunos hechos. Llegarán los momentos de pensar en estrategias de mejora, cambio, para arreglar lo que se ha hecho mal. Reconocer es importante en la vida, es el punto de inflexión antes de girar la esquina donde uno quiere llevar las cosas. No estoy en la línea correcta por qué la diferencia entre lo que quiero, lo que deseo, lo que anhelo con fuerza y lo que vivo, lo que tengo etc… es, en algunos sentidos, demasiado grande y, lo más preocupante, cada vez la distancia que separa un lado y el otro es mayor.
Pero no estoy mal por qué me rodean muchos barbitúricos, mucho algodón vital, cataplasmas de accesorios, vacunas contra el insomnio y también mucha gente maja como vosotros…
En cualquier caso, comenzamos con fuerzas pidiendo perdón y luego,… Veremos…