
– ¿La has plantado tú?
– Sí. Es una flor de luna. Cuesta cultivarla aquí.
– Sí pero, merece la pena.
– ¿Tú crees?
– ¿Tú no?
– Esta planta solo florece dos meses al año. Y sólo florece de noche. Y cada capullo florece solo una vez…. Éstas estarán muertas por la mañana. Y por la noche se abrirán nuevos capullos que luego morirán. En tres semanas toda la planta estará muerta y para primavera tendré que plantar una flor de luna nueva.
– Mucho trabajo para una flor que sólo florece una vez
– Eso es lo que opina la gente de mi. Un enorme esfuerzo que luce muy poco (…) Así que he pensado en pasar directamente al final. Ahorrarte el esfuerzo. Por qué no… (…) Así que sí… Todos somos extenuantes… Incluso los mejores… A veces, muy de vez en cuando, supongo, como esta luz de luna alguien merece el esfuerzo… Se que estás sufriendo… Lo veo… Se que cargas con mucha culpa… pero también se que no puedes decidir quién vive, quien no y cómo… Lo siento pero no puedes… Los humanos somos orgánicos, es un hecho, un día moriremos, es natural, es precioso,… Y todo se desmorona y se vuelve a levantar… Y se desmorona otra vez y todo ser vivo crece a partir de algo muerto; dejamos vida a nuestro paso para que ocupen nuestro lugar; esa vida refresca, recicla y continúa en evolución. Y eso es mucho mejor a que se destroce una vida asfixiándola en el barro contra una roca que arderá si es lo bastante antigua. Es mucho mejor ver la chispa y la flor… Vamos soltando vida para que ocupe nuestro lugar… Como esta flor de luna. En eso reside la belleza, sabes… En la mortalidad de las cosas…
La Maldición de Bly Manor, Capítulo 6